Informe 630: la avenida Soldati todavía está desierta, aunque el ambiente ya muestra otros matices. Hay movimiento, pero poco. No son autos ni colectivos: son cuerpos que se despiertan antes que el sol. La mayoría de los humanos se reporta con una camiseta roja y azul, uniforme de una misma misión. En el pecho, una insignia clara y repetida como un código: 21K de LA GACETA.
Algunos ya empiezan a trotar, midiendo la respiración como si afinaran instrumentos antes del concierto. Otros se agachan a ajustar los cordones de las zapatillas, concentrados, rituales de guerra con aroma a desodorante deportivo. No faltan quienes se embadurnan los brazos con protector solar, aunque el sol todavía no asome del todo. En Tucumán, el calor es un enemigo que conviene anticipar.
También se ven fotógrafos, organizadores y curiosos que aún bostezan. Las vallas delimitan un espacio de expectativa. Recién se están colocando las primeras carpas y gazebos. El tráfico, en tanto, sólo fluye por la mano que apunta hacia el norte de la ciudad, mientras que del otro lado todo está detenido: un arco cruza la calle con la inscripción “llegada”, recordando que, incluso antes de largar, ya hay una meta esperándolos.
Informe 700: cada vez hay más gente. La gran mayoría calienta dentro del parque 9 de Julio, aunque los más ansiosos ya trotan sobre el cemento, como si probaran la pista o verificaran el funcionamiento de sus zapatillas. Pero eso no es lo más curioso: dentro de la vereda del parque se formó una especie de tribuna improvisada. Hay quienes corren y hay quienes vinieron solamente a alentar.
Mientras tanto, a los costados de la llegada, dos carpas se llenan de botellas de agua y bebidas isotónicas. Los voluntarios se mueven como en una coreografía silenciosa. Todo empieza a oler a carrera: el aire se vuelve más eléctrico, las voces más cortas y los relojes se ajustan. Está claro, ya se respira el ambiente de una competencia que promete ser épica.
Informe 730: ya hay otro color en los alrededores de la avenida. La zona, prácticamente, está teñida de azul y rojo, como si se tratase de una marea fundida con el amanecer del sol. Y ni hablar de los rostros: hay sonrisas y expectativas. De la nada, un parlante se prende y una presentadora ubicada debajo del arco da la bienvenida al evento, y menciona que habrá más de 2.300 runners.
Cada vez hay más personas sobre el cemento, y los precalentamientos se vuelven más intensos. Algunos bailan en grupo, otros corren con auriculares, y varios se pierden entre los árboles del parque. Cada uno tiene un ritual, una historia y, sobre todo, un porqué decidió anotarse en este tipo de eventos.
Informe 757: después de una mezcla musical entre rock y pop empezó a sonar el himno. La mayoría de los corredores están agrupados bajo el arco, mostrando un gran respeto por la canción patria. No faltaron quienes la entonaron con euforia, como si fuese el símbolo de que algo más grande estaba por comenzar. Cuando termina ese pequeño momento, la música regresa a su curso habitual, con una playlist más movida.
Informe 800: y luego de un aviso a viva voz por los parlantes, la salida del primer grupo estalla a más no poder. Son la gran mayoría de los corredores, los que harán el recorrido más largo: los 21 kilómetros, que atravesarán gran parte de la ciudad y conectarán el Parque 9 de Julio con el Parque Guillermina, sin dejar de lado otros sitios históricos como la Casa Histórica, el Monumento al Bicentenario y el diario LA GACETA.
Sitios habituales para los tucumanos, pero que pocas veces pueden detenerse a mirar. Hoy, esos lugares se convierten en postales en movimiento, en parte de un mapa compartido. Ni hablar de la combinación entre la naturaleza y la belleza de la ciudad.
Ezequiel Chavarría, bicampeón de la carrera (ya lo hizo en las ediciones que se realizaron en 2023 y 2024), encabeza la salida escoltado por el santiagueño Pablo Toledo y Germán Reyna. Detrás, una multitud vibra y avanza. Desde el aire, la ciudad parece un corazón latiendo en rojo y azul. Tucumán ha despertado para correr.
Informe 820: “Chava” había completado la vuelta al parque 9 de Julio y atravesado la inmensidad del microcentro tucumano. Estaba en algún punto de la extensión de la avenida Mate de Luna.
Mientras tanto, en la largada, se agrupaban los competidores de la categoría más multitudinaria: los 10 kilómetros. El DJ decidió poner latidos de corazón para simular una especie de cronómetro hasta que llegara la hora de comenzar su competencia. Más corta, pero con el mismo ímpetu que el resto.
Y con el tema Thunderstruck, de AC/DC, empezaron su recorrido: más corto, pero con el mismo espíritu. Cada paso era una forma de desafiar sus propios límites.
Informe 824: Los participantes de los tres kilómetros, la distancia más corta, se agruparon en el punto de salida. Entre ellos se destacó la presencia de un hombre de 84 años llamado Carlos. Antes de iniciar la carrera, lanzó unas palabras motivacionales que resonaron entre todos: “Yo vengo a comprar salud.” Como él, muchos corren con ese mismo propósito.
La felicidad no se limitaba a él: una participante cumplía años, y como es costumbre en Argentina, sus compañeros la felicitaron minutos antes de largar. Y quizá la imagen más emotiva fue la de una mujer que decidió correr empujando un cochecito con su hijo. Tal vez el niño aún no comprenda lo que ocurre, pero ya está heredando ese amor por el deporte.
Informe 853: Aaron Quiroga cruzó la línea de llegada para quedarse con el mote de ganador de los 10K. Completó el recorrido en un tiempo de 31 minutos y 29 segundos. Rodrigo Godino y Lucas Santillán, quien había sido el ganador en la edición 2024, completaron el podio de la categoría.
La noticia más esperada, sin embargo, estaba por llegar: Ezequiel Chavarría ya se acercaba a la meta, y muchos aguardaban su arribo. El silencio era la antesala del estallido.
Informe 856: “Chava” cruzó la meta y, como de costumbre, lo primero que hizo fue saludar a sus familiares. Fue un gesto de agradecimiento por el apoyo brindado: abrazos que no se repiten en cada competencia, pero que cuando son en casa valen por un millón.
El corredor, sin embargo, se mostraba fastidioso. Una confusión en el trazado redujo su recorrido durante la prueba y abrió un debate. Sin embargo, como muchos de los runners que participaron de los 21k hicieron un idéntico recorrido, la organización decidió respetar todos los tiempos. De esa manera, Chavarría volvió a coronarse en la prueba. En los 10k no hubo ninguna equivocación de la ruta.
Informe 1049: El último corredor cruzó la meta escoltado por motos de la Policía que controlaban que no haya inconvenientes. A su paso, la gente lo aplaudió con entusiasmo. Quizás ese sea el mensaje más fuerte que dejó esta edición: los ganadores no son sólo quienes suben al podio, sino también los que no bajan los brazos ante la adversidad.
Inesperado final
La carrera de ayer tuvo un final inesperado para la mayoría de los corredores de 21K. Al ingresar al parque 9 de Julio el pelotón siguió a la moto que los iba filmando y no el recorrido previsto. La confusión hizo que la mayoría de los participantes completara un recorrido menor al estipulado.
Pese al contratiempo, los corredores tomaron con hidalguía lo sucedido y expusieron su espíritu deportivo para afrontar esta situación. La confusión seguramente se derivó de una señalización que pudo haber sido más precisa y también de la falta de repaso del circuito que fue promocionado a lo largo de los días previos y al momento de la entrega de los diferentes kits.
Felizmente, los participantes de los 10k que tenían un recorrido inicial idéntico no equivocaron el trazado.
La fiesta, la emoción, la pasión y la solidaridad puesta de manifiesto por cada uno de los participantes fueron protagonistas del encuentro y ayudaron a superar esta instancia y como siempre lo hace el deporte a sacar fuerzas y aprendizaje de circunstancias como la ocurrida.